miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cogeme, te agradezco

Esto los escribi a pedido, pero al final no lo envié.


Tomando cerveza,
luego del laburo,
a ellos se les ocurre ir a las putas.
perdoná, intento hacer más fácil tu trabajo,
pero eso los traigo a tu esquina.
son buenos,
aunque ahora parezcan príncipes
orgullosos de pagar a un rey mayor.
quiero que tu vida sea más simple,
eso es todo.
por eso los traigo.
no te hace falta decir
cógeme, te agradezo.
cacarean, pero son buena gente.
sos tan dulce que me das las gracias
y yo huyo helado de la vergüenza
destrás de unas lesbianas que pasean un bebé
por una vereda masticada.
en casa,
del pedo que tengo te molesto
y ruego que no les digas
cógeme, te agradezco.
después de todo
yo también laburo con guita
y no doy cambio.

lunes, 22 de noviembre de 2010

2 minutos (escritura rápida)

I
en los minutos
que diferencian a los relojes de mi dormitorio,
los astros podrían haber reptado
por el cielo negro
mientras miles nacían con llanto
y morían en susurros.
en esos ciento veinte segundos,
que no se si han pasado,
el destino forjado para mí
podría haber cambiado
siguiendo la voluntad de un oscuro dios olvidado.
pero no se si todo esto ha ocurrido.
mis relojes son imprecisos
y se adelantan y atrasan
siguiendo un mecánico capricho.

II

Gracias a su apurado reloj,
ella vive dos minutos en el futuro.
Sin necesidad de magia,
ni de consultar  oscuros arcanos
ella sabe lo que vendrá.
Sabe mi futuro,
como si hubiera visto mis cartas
antes de dármelas.
Sabe como seguirá nuestro juego,
como continuará
el mundo de peluches que nos hemos cosido.
No le sirve de mucho,
no puede cambiar nada.
Lo que tenga que ser, será.
Y yo segurié viviendo dos minutos en el pasado.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mi gata

Mi gata anciana vive en un mundo
que aún no me ha ocurrido.
Los perros de mi madre
saltan a su alrededor,
explosivos, olfateándola.
Pero ella no les hace caso,
sigue su marcha sorda,
hacia el sillón
donde dormirá el ojo turbio
envuelta en su calma senil,
frágil y aturdida.
La miro,
recuerdo lo que aún no me ha pasado.
Le pido un consejo
que me ayude a soportar
la vejez blanc ay el olvido.
No me hace caso,
duerme muy cómoda,
ajena al ruido
del televisor,
mientras los perros y el mundo
ladran y se desquician.

martes, 9 de noviembre de 2010

Refugiados

El auto trepa
los caminos escondidos
y los clavos de las ruedas
se hunden en el barro negro
de los turbales.

Paseamos por barrios nuevos,
claros húmedos
arrancados del bosque.
Está lleno de estos refugiados,
dice la nativa.
Intentan dejar atrás el hambre y la pobreza.
escapan de su pasado,
lavan la vergüenza del fracaso
en el agua turbia de los arroyos.

Por eso corren hacia la Tierra del Fuego.
Acá, la memoria destiñe
con la nieve de Abril.
El perdón llega con las heladas.
Por eso vienen, estos refugiados.
Este es el fin del mundo.
Ya no pueden huir más lejos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Pasajero en Tránsito

Vivo en los aeropuertos.
Decir que tengo
Una casa de ladrillos
una esposa, hijos,
un auto
es excesivo.
Yo vivo en los aeropuertos.
Me despierto en alguno,
con el sol saliendo
por cualquier lado.
Me afeito
en un baño supersónico
y desayuno en bares minimalistas
antes de partir de nuevo.
Mi familia se llama personal.
El hogar es el avión,
volando aséptico
a cinco mil metros de altura.
Mi cama,
cuatro sillas
y una campera convertida en colchón.
A veces,
ahí arriba
pienso que se me va la vida
tratando de tocar tierra.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El Tigre

A veces,
entre sueños de verde licor,
intento hablar con el tigre.
Nunca tiene sentido nuestra charla.
Toda comunicación es imposible,
solo tenemos gruñidos aleatorios
que otros dicen,
viene de Babel
y llaman idioma.
Nos peleamos a menudo,
frustrados al no saber
si el otro ve
el mundo del mismo color
o si la ignorancia
nos hace repetir que es gris
la tierra lisérgica.
Cuando lo invade
esa melancolía tan soviética,
se vuelve cemento y alambre de púas.
Quiere morderme,
pero yo soy niebla
y su mandíbula al cerrarse
resuena entre las amapolas.
En esos momentos
de enojo,
recordamos que la palabra es solo ruido,
tinta ensuciando la memoria.
Ahí es cuando nos miramos
a los ojos
y tratamos de entendernos.
No les voy a decir si lo logramos.

Dedicado a Joo, que anda medio caída estos días y no logramos entendernos. Espero que le sea macanudo xD

jueves, 21 de octubre de 2010

Ferrocarriles Argentinos

Cuando voy hacia el trabajo
siempre paso al costado de la estación.
ahí esperan, ancianos y olvidados
los vagones del Ferrocarril Argentino.
Abrazado por el ruido de mis auriculares,
casi no los escucho
cuando recuerdan del tiempo
en el que corrían
uniendo pueblos
que dormitaban en la distancia,
a los que despertaban
al grito del silbato.
el oxidado galgo blanco
empieza a hablar
de la gente
a la que llevó en su lomo
con el viento como testigo
cuando la locomotora lo calla.
es que voy apurado
y no tengo tiempo para anécdotas.
me lo perdonan,
las máquinas saben lo importante
que es llegar a tiempo.