Los lunes son días cansadores, por varios motivos. No conozco ser humano que ame el Lunes, todos lo odian mucho o muchísimo. El Domingo ha sido calmo, casi sin trabajo, nos pasamos las horas muertas, sin clientes en el súper, charlando entre nosotros, simulando trabajar para no molestar al gerente ni aburrirnos demasiado. Pero los Lunes son otra cosa: La mercadería que llega sólo cuando recuerdan enviarla, la que nos envían para preparar ofertas, lo que es necesario para reemplazar lo que se ha vendido durante el fin de semana…todo eso llega el Lunes. Y se acumula en caótico desorden por todo el depósito. Todo lo que no hacemos en la semana, lo hacemos el Lunes. Es un día de mierda, para resumir. Acomodo el azúcar en el depósito. Pesados paquetes de diez kilos, decenas de ellos. No es que me queje del peso, pero la cantidad pesa luego de un rato, y son muchos. “¿Te encargas de las lavandinas?” me pregunta un compañero. Ni en pedo, le contesto entre dientes. Hacelo vos, yo me voy al local, a arreglar los jabones en polvo.
La góndola del jabón en polvo es un desastre. Hace semanas que el producto no llega o llega en muy poca cantidad. Pero la gente sigue consumiendo, y no debe notar la escasez. Debe ver un supermercado rebosante de productos que esperan ser comprados en un frenesí de capitalismo. Así que hay que frentearlos.
Frentear es traer al frente del estante productos que han quedado en la parte de atrás. La gente compra sólo que ve delante de sus ojos, no explorará la góndola buscando una marca de jabón en polvo. Menos revisará un caos de bolsitas de plástico multicolor. Hay que ordenar, poner al frente la mercadería y dar la impresión de que la góndola está llena. Eso es frentear, es menos pesado que otras actividades, pero es largo, mecánico y pesado. Sobre todo un Lunes de mierda.
Arreglo el jabón en polvo más barato. Ese que en este barrio, en este súper, no compra ni el diablo. Pero que mi jefe, hombre traído de locales más pequeños y de barrios más pobres insiste en traer. Total no se vence pronto, ya alguien se lo llevará. Pero les aseguro que tiene la consistencia de la tiza y probablemente limpie tan bien como si lo fuera. Nadie nunca se lo lleva, y hace un pequeño paredón allí. Una pared de color verde brillante, de jabón en polvo duro y polvoriento que nadie nunca compra. Como sea, no tengo ganas de trabajar. Así que mejor acomodo este jabón en polvo intacto o tendré que acomodar lavandina. Saco una bolsa, la vuelvo a su sitio y la aprieto, como si sacara y pusiera ladrillos. Y repito la operación una y otra vez.
De repente, al sacar una bolsa, un papelito cae. Debe ser una lista de compra, una de tantas que la gente deja en cualquier lugar cuando pierden su utilidad. Mugrientos, pienso, no cuesta nada llevarla al tacho. Pero en lugar de guardarla en el bolsillo para luego tirarla, o simplemente dejarla en el suelo, la abro, para ver que tiene. No puedo explicar porque, pero siento que debo hacerlo. Y lo hago.
Dos nombres están escritos en el papel. Y luego un rezo pidiendo que esas almas puedan juntarse. Le letra redondeada y pulcra y la tinta rosada me dicen que son de una chica. La punta de otro papel se deja ver entre dos bolsas. Este dice “Talleres campeón 2009” un rezo común estos días. Empiezo a revolver las bolsas, imaginándolas ladrillos de una pared llena de grietas. En una de las hendiduras un papel ruega por la salud de un pariente enfermo, en otra un papel pequeño agradece un milagro concedido. Estoy por revolver toda la góndola cuando aparece Gustavo, mi jefe.
“¿Estás entretenido?” me pregunta con una sonrisa breve, que no enseña los dientes. Me pongo rojo y no contesto. “Dale, andá ayudar a Matías con la lavandina que el pobre zángano no da más.” Me dice. Me levanto en silencio, y me voy a ayudarlo.
¿Sabías que tenemos nuestra propia versión del Muro de los Lamentos? Le pregunto, mientras acomodamos un pallet de cajas de lavandina. ¿El Muro de qué? Me contesta. Sonrío. Nada, dejalo. No arruinemos la magia. No arruinemos la magia.
Un Lunes como cualquier otro en trabajo.
Cara Berlangganan WeTV
Hace 1 año
1 delirios:
aaaah me encantan tus cuentos del super :B quiero más ! *--*
te quiero gringie :)
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