Afuera, las últimas comparsas desfilan,
los borrachos boxean con la Policía.
Adentro, los mosquitos acechan
y los jóvenes juegan a los enamorados.
La moza reconoce a una pareja
pero no hace mención de ello.
Sabe que siempre vienen la última noche del corso
y que quieren pasar desapercibidos.
Más que hablar, se miran y se sonríen.
Se nota que se quisieron mucho en otro tiempo,
cuando eran otros, de otra edad y otra mirada.
Incluso podría decirse que se amaron.
La moza los mira y sonríe.
De tanto conocerse, ya ni necesitan hablarse
y por momentos sólo se miran,
buscando en el brillo de los ojos aquellos que fueron antaño.
Charlan, como por hacer algo.
Se preguntan por los hijos, por el trabajo.
Unas fotos cambian de manos,
se ríen de sus canas, de sus pasados.
Y se buscan con la mirada, divertidos.
Macerados en vino.
Se ponen nostálgicos,
se deprimen recordando lo que fue
y lo que no pudo ser.
Se apagan un poco
Mientras piensan que ya han cambiado mucho.
Tanto ya que no pueden ni quererse.
Pero quisieran poder,
quisieran poder.
La moza les va cobrando.
Quiere decirles algo,
pero se pone nerviosa y se va.
Se despiden con un abrazo y un beso
que se mueren por ser algo más.
Cada uno se va por su lado.
A unas cuadras,
entre incidentes,
el carnaval se acaba.
Cara Berlangganan WeTV
Hace 1 año
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